GEWB

Daniel Potes Vargas

OPINIÓN

Tulueños que descuellan Edicion 461

Jairo Escobar Fernández Nacido en 1950 en Barragán, es hijo de Rogelio Escobar Arango y de Mariela Fernández Vázquez, ambos de origen caldenses Es el mayor de diez hermanos. Estudió su primaria en el colegio Franciscano y en el San Juan Bosco cursó su bachillerato. Fue alumno fundador de la Uceva y con el poeta Néstor Grajales López y el ex – canciller Rodrigo Lloreda Caicedo, dinamizó el proceso de Institucionalización de esta Universidad Municipal. Alcalde creador de la Casa de Cultura de Tuluá, fue concejal por varios periodos y diputado a la Asamblea DEL Valle donde abogó por proyectos de impacto comunitario. Fue asesor de Invías y Senador de la República cuando otro tulueño, Nacho Cruz Roldan, también lo era. Está casado con María Elena Guzmán Dávila y es padre de cinco ilustres hijos: Jairo Mauricio, odontólogo; Claudia Patricia, cirujana plástica; Beatriz Elena, médica y Ángela María, periodista de la Sergio Arboleda. Hasta hace poco orientó los destinos del Instituto Vallecaucano de Investigaciones Científicas donde dejó una huella dorada al proponer la creación del Museo de los dinosaurios en Cali, la creación de un parque temático de tipo agrícola e hídrico en la Hacienda El Paraíso y el Museo de la Cultura Malagana en Palmira. Su biografía ocuparía largos textos sobre sus servicios a la patria.



Bernardo Daza Cruz Este hijo de Federico Alejandro y Emma, es hermano de Eugenio, comerciante, Lucy de Zaninovich, Martha Lucía Rennie, quien vive en London y de Alejo, ilustre medico tulueño que ejerce en Facatativá. Son descendientes de Luis Daza Ladrón de Guevara, de ilustre prosapia. Jesús Antonio Daza Cruz, otro de sus hermanos, es el oftalmólogo más connotado en Pereira. Hay tulueños de teluro y tulueños de adopción. Y ellos, aunque de raíces bugalagrandeñas, son tan tulueños como cualquier topónimo orejón. Bernardo estudió Química en el Southampton College de Londres. Habla el Inglés y vive atesorando los recuerdos y anécdotas de un Tuluá que se escapa como agua entre las manos. Estudioso de la música, la física y la matemática, tres grandes pasiones de su vida intelectual.