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Daniel Potes Vargas

OPINIÓN

Tulueños destacados Edicion 534




Andrés Alberto Álvarez Toro

Este triple A es hijo de Pablo Álvarez y María Herlinda Toro.  En la escuela Tomás Uribe Uribe hizo su primaria y en el San Juan Bosco de los salesianos su bachillerato, teniendo el buen designio de aprender matemáticas con el inolvidable Evert Zúñiga. Los alumnos del mitológico profesor sacaban las mejores notas en Univalle.  Es el Benjamín de tres hermanos.  En 1989 egresó como Ingeniero Civil de Univalle, Cali. Esposo de Claudia Lilí González y cuñado de la notaria segunda, es padre de Oscar Eduardo y Alejandra, de once años.  Al año de egresar comenzó su carrera pública a lo largo de muchas administraciones, desde la del  novelista Gustavo Álvarez Gardeazábal hasta la de  otro colega suyo, José Germán Gómez García.  La Unidad Técnica, Obras Públicas, EEMM, Jefe acueducto y alcantarillado, Jefe de Planeación han sido algunos de sus desempeños.  Nacido en el barrio El Jardín, recuerda cuando se iba al río Tuluá a pescar cupis con costales y a coger guayabas en cuanto guayabal había en Tuluá.  Ha sido consultor, interventor y contratista este apasionado del ciclismo que ve con nostalgia a jóvenes subiendo como balas a Trujillo en sus bicicletas.
Llama a su calle, la populosa calle 14. Cree que lo mejor de Tuluá es su gente y lo peor, la inseguridad ya que han vuelto a Aguaclara un pequeño Aguablanca, un polígono de tiro y muerte. Su progenitora lo regañaba porque llenaba el tanque del lavadero con pececitos sacados de las aguas pardas y frías del río Tuluá.  Bailarín de salsa con Claudia, su esposa, Andrés es primo del legendario Osquítar Álvarez,  enamorado del espectáculo del fútbol y actual gerente de las Empresas Municipales de Tuluá, donde ha forjado toda su carrera.




Arturo García de la Cruz.
Hijo de Zoraida de la Cruz, hermana de don Óscar de la Cruz, legendario educador tulueño y del poeta Luis Enrique García Echeverry, cursó su primaria y bachillerato en el Colegio San Juan Bosco de Tuluá. Allí, desde uno de sus balcones, se arrojó al vacío creyendo ser el hombre de acero. Es leyenda que una bendición a distancia hecha por un sacerdote salesiano que lo vio en ese trance, lo salvó de una muerte segura. Hiperbólica o no esta alusión, Arturo fue igualmente gimnasiano cuando era Monsieur el rector magnífico de ese centro y gran ponedor de apodos.
Comentan que así como él saca pecho y eleva musculatura cada vez que le dicen Supermán, su hermano Nelson, brillante abogado en Cali, se desinfla cuando le dicen Súper Ratón. Es también hermano de Ana Milena, que vive en Valledupar y de Mélida. Es amante de la literatura rusa y admira la renovación de libertad que trajo la Revolución Cubana al pensamiento iberoamericano.
Casado con Martha Lucía Chaparro, fue alumno protegido del intelectual Álvaro Pío Valencia en la Usaca y mecenas de algunos equipos de fútbol de Tuluá, a cuya cancha de la Avenida Cali asiste con carácter ritual cada que hay campeonatos.