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Daniel Potes Vargas

OPINIÓN

Tulueños que descuellas Edicion 418

Moisés Agudelo Ayala

Nacido en 1966, Moisés Agudelo Ayala, será, seguramente el candidato del Partido Liberal para la alcaldía de Tuluá. Es tulueño de ascendencia paisa. Hijo de José Gilberto Agudelo y de María Elvira Ayala, está casado con Yamileth Ocampo Osorio y es padre de Laura Sofía, y de Moisés Jr. Es notario único de San Pedro desde 1998. Salió de la Uceva como abogado siendo rector el poeta Néstor Grajales López.
Salió en 1993 con una tesis sobre La Seguridad Social en Colombia. Es gran amigo de Jorge Homero Giraldo y Israel Moreno Cruz. Es karateca, alumno de Alirio Fajardo en artes marciales. Fue repartidor de recibos de las EEMM de Tuluá y Jefe de Valorización con Gardeazábal. Fue obrero, jefe del Sindicato de EEMM, Gerente de Cooemtuluá, antes de serlo Edinxon Tenorio y asegura que como Manuel Mejía Vallejo y Luisito Correal, su padre es también jericoano. Desde que el Dr. Salcedo fue su presidente de Jurado en la Tesis hasta que trabajó como Asesor Jurídico con Aymer Arango Murillo ha corrido mucha agua del río Tuluá bajo el Puente Blanco. Breve y larga al tiempo la gestión de este líder que dentro de poco dará mucho de qué hablar.

Jesús Ernesto Victoria Valderrutén

Hijo de Daniel Victoria Martínez y de Melbita Valderrutén Daraviña, Jesús Ernesto es hermano de Rafael (El Poeta), de Mariela, de Diego (el mítico Calzones), de Rosarito, de Melba Lucía, de José Daniel, de Luis Fernando, Comunicador Social de Univalle, y de Juan Eugenio, el músico que vive en Usa.
Con él La Cámara de Comercio de Tuluá entró en fase de tecnificación, modernización y puesta a tono con la región.
Chuchito, como le dicen con afecto sus amigos, es gran bailarín de salsa y trabajó en la Aduana de Cali y Buenaventura así como en Expovalle. Fue auxiliar de vuelo de Avianca y egresó de la Universidad Libre de Cali como abogado. Bachiller del colegio Simón Bolívar de Bogotá, es feliz cuando sus amigos le dicen Mi viejo. Gran amigo de la poeta Ana Milena Puerta, Jesús Ernesto tiene su corazón acompasado con el ritmo de Tuluá. Desde que lo llamaron a la Cámara Alfonso Potes Roldán y Hernando Murgueitio, Jesús Ernesto no ha dejado de ser un poco músico, un poco arquitecto del destino de la Cámara como la haría su hermano José Daniel y un poco bailarín como lo harían sus ídolos Amparo Arrebato y el Negro Watusi que encandilaba con sus pasos las madrugadas del Séptimo Cielo.