Diego Caterpillar.
Dieguito Holguín Parra, a quien el maestro Jorge Restrepo Hernández, dibujó subido a una retroexcavadora, está hecho un Caterpillar. Hijo de Vicente Holguín Cruz, sobrino a su vez de Vicente H Cruz, el patriarca andaluz, Diego sólo tiene macro referentes. El Parque de Maracaibo, en cuya remodelación, tipo europeo, la administración de Rafael Eduardo invertirá 120 millones de pesos. La remodelación del Palacio de Justicia, con 229 millones de pesos de inversión y la pavimentación de la carretera al Jardín Botánico Juan María Céspedes bastarían para hacer pasar a Diego a la historia de Tuluá con letras doradas.
¿Los jotas o las jotas?
Jota uno, en lenguaje de Seguridad, es el Jefe máximo de alguna entidad. Rafael Eduardo Palau Salazar es el J Uno de la Alcaldía. Luego, el J2 es James Vinasco, Diego Holguín Parra es J3, Luz Mery Sánchez Sepúlveda es J4, Yorlady es J5. Algunos preguntan, ¿y Carecartón qué Jota es?
Los notarios toman nota.
Hace poco mi amigo Fabio Loaiza Gallego, Notario segundo de Tuluá, fue objeto de una importante condecoración por parte de la Unión Colegiada del Notariado colombiano, quien le confirió la Cruz del mérito notarial por su consagración al estudio del Derecho Notarial y la eficiencia de su despacho para atender a la población orejona.
Por su parte, el muy ilustre Camilo Bustamante Álvarez, hizo empotrar una escultura de la Justicia ciega a la entrada de su legendaria Notaría tercera. No se ha cortado la coleta porque los diablillos del América tienen poco calor ahora y las chicas americanas no tienen mucho alboroto. De haber ganado su equipo entrañable, no tendría la coleta taurina que lleva por calles y vientos de Tuluá.
El próximo alcalde.
Algunos creen que saldrá de las huestes de Rafael Eduardo. Dieguito Holguín, James Vinasco y otros de diversa cuantía electoral han sonado en este patio de inquietudes y aspiraciones. Denny Osorio Villada, Guillermo Lozano Palacio, el muy ilustre hijo de Óscar y Piedad, Gustavito Vélez Román, quien tendrá el apoyo fierrudo de Pachito Gálvez Giraldo, son también nombres que se mencionan con consideración y respeto en la arena pre-electoral. Obviamente no pueden faltar ni la aspiración de Marcelino, el bacteriólogo a la alcaldía ni de Miller Franco, el inefable Carecartón, al concejo Municipal. Hay gente que apostaría, seguramente por ellos. Paralelamente la aspiración de María Cristina Palau S. al Senado, se vio fortalecida durante un almuerzo campestre en San Benito, el pasado sábado, 19 de los corrientes, donde muchos adhirieron a su campaña.
Dieguito Holguín Parra, a quien el maestro Jorge Restrepo Hernández, dibujó subido a una retroexcavadora, está hecho un Caterpillar. Hijo de Vicente Holguín Cruz, sobrino a su vez de Vicente H Cruz, el patriarca andaluz, Diego sólo tiene macro referentes. El Parque de Maracaibo, en cuya remodelación, tipo europeo, la administración de Rafael Eduardo invertirá 120 millones de pesos. La remodelación del Palacio de Justicia, con 229 millones de pesos de inversión y la pavimentación de la carretera al Jardín Botánico Juan María Céspedes bastarían para hacer pasar a Diego a la historia de Tuluá con letras doradas.
¿Los jotas o las jotas?
Jota uno, en lenguaje de Seguridad, es el Jefe máximo de alguna entidad. Rafael Eduardo Palau Salazar es el J Uno de la Alcaldía. Luego, el J2 es James Vinasco, Diego Holguín Parra es J3, Luz Mery Sánchez Sepúlveda es J4, Yorlady es J5. Algunos preguntan, ¿y Carecartón qué Jota es?
Los notarios toman nota.
Hace poco mi amigo Fabio Loaiza Gallego, Notario segundo de Tuluá, fue objeto de una importante condecoración por parte de la Unión Colegiada del Notariado colombiano, quien le confirió la Cruz del mérito notarial por su consagración al estudio del Derecho Notarial y la eficiencia de su despacho para atender a la población orejona.
Por su parte, el muy ilustre Camilo Bustamante Álvarez, hizo empotrar una escultura de la Justicia ciega a la entrada de su legendaria Notaría tercera. No se ha cortado la coleta porque los diablillos del América tienen poco calor ahora y las chicas americanas no tienen mucho alboroto. De haber ganado su equipo entrañable, no tendría la coleta taurina que lleva por calles y vientos de Tuluá.
El próximo alcalde.
Algunos creen que saldrá de las huestes de Rafael Eduardo. Dieguito Holguín, James Vinasco y otros de diversa cuantía electoral han sonado en este patio de inquietudes y aspiraciones. Denny Osorio Villada, Guillermo Lozano Palacio, el muy ilustre hijo de Óscar y Piedad, Gustavito Vélez Román, quien tendrá el apoyo fierrudo de Pachito Gálvez Giraldo, son también nombres que se mencionan con consideración y respeto en la arena pre-electoral. Obviamente no pueden faltar ni la aspiración de Marcelino, el bacteriólogo a la alcaldía ni de Miller Franco, el inefable Carecartón, al concejo Municipal. Hay gente que apostaría, seguramente por ellos. Paralelamente la aspiración de María Cristina Palau S. al Senado, se vio fortalecida durante un almuerzo campestre en San Benito, el pasado sábado, 19 de los corrientes, donde muchos adhirieron a su campaña.