Dieguito Holguín Parra, alcaldable?
El gusto no es apodíctico y admite, cuando menos, la disensión. James Vinasco y hasta José Edier Cardona, John Jairo Rodríguez en su momento y hasta Luz Mery Sánchez, nuestra inefable amiga, han sonado como cascabeles en el corral de las voces electorales para suceder en su modelo administrativo al hijo de Rafael Emilio.
Los afectos y referencias van y vienen. Los dimes y diretes que teje la loca parroquia de San Bartolo hacen que luego parezca a lo lejos un sonajero bravo.
Dentro de todo esto, el nombre de Dieguito Holguín Parra, serio y estudioso, va tranquilo pero lento, así la esposa de nuestro amigo Aymer Arango, veterano de veteranos, aspire a ser la ejecutiva del pueblo de Carecartón. Por el lado azul, Gustavo Vélez Román, ilustre tulueño, Guillermo Lozano Palacio y Denny Osorio Villada, carismáticos líderes de muchas batallas, esperan a que el tren entre al terminal de Tuluá. Obviamente no podría faltar mi parientico Marcelino Ayala Ocampo quien ya me confesó que si pierde la alcaldía por enésima vez, se preparará a fondo para las presidenciales ya que está fatigado del sonsonete paisa de Alvarito, el de Salgar. Así Dieguito, nuestro flamante secretario de obras públicas se haya caído de una bicicleta deportiva (y no un tropiezo administrativo), camina con lenta seguridad en su configuración ejecutiva.
VIENE EL TIBURÓN VARELA
Desde Bugalagrande, que es la pequeña de las dos Bugas, nos avisa León Pablo Wallens que nuestro dilecto amigo Walter Varela, fabricante de yates en Cartagena, se viene a las Fiestas del retorno con hambre de escualo pero no con apetito escuálido. Viene con deseos de comer cuanta sardina o bagre se encuentre en San Bernabé. Aclara, eso si, que no viene a tomar limonada sino a comer pato a la naranja.
SISBÉN CORRECTO
El equipo de Carlomar Lizalda Pacheco trabaja a toda máquina por los rieles de la corrección. Con eficiencia y esmero actualizan y modernizan su base informática. Un ejemplo de esta administración que coordina bien sus movimientos.
NEBARDO, DR JEKYLL O MR HYDE?
Harold Cruz Herrera jura y asegura que el muy ilustre y estudioso médico Nebardo Domínguez durante el día es un galeno tranquilo. Llegada las ocho de la noche, Nebardo cuelga su traje, su pijama blanca de oveja hospitalaria y toma del perchero el disfraz gris o marrón que aterra caperucitas.
Sale en su auto con tres hileras dentales de tiburón de Madagascar y flota mirando cuál anda mal puesta o mal dejada. La novela de Stevenson una vez más tiene sentido en Tuluá. Nadie escapa de la intertextualidad. Nebardo aclara que sus travesuras eróticas fueron enseñadas por el mismísimo Arbeláez.
El gusto no es apodíctico y admite, cuando menos, la disensión. James Vinasco y hasta José Edier Cardona, John Jairo Rodríguez en su momento y hasta Luz Mery Sánchez, nuestra inefable amiga, han sonado como cascabeles en el corral de las voces electorales para suceder en su modelo administrativo al hijo de Rafael Emilio.
Los afectos y referencias van y vienen. Los dimes y diretes que teje la loca parroquia de San Bartolo hacen que luego parezca a lo lejos un sonajero bravo.
Dentro de todo esto, el nombre de Dieguito Holguín Parra, serio y estudioso, va tranquilo pero lento, así la esposa de nuestro amigo Aymer Arango, veterano de veteranos, aspire a ser la ejecutiva del pueblo de Carecartón. Por el lado azul, Gustavo Vélez Román, ilustre tulueño, Guillermo Lozano Palacio y Denny Osorio Villada, carismáticos líderes de muchas batallas, esperan a que el tren entre al terminal de Tuluá. Obviamente no podría faltar mi parientico Marcelino Ayala Ocampo quien ya me confesó que si pierde la alcaldía por enésima vez, se preparará a fondo para las presidenciales ya que está fatigado del sonsonete paisa de Alvarito, el de Salgar. Así Dieguito, nuestro flamante secretario de obras públicas se haya caído de una bicicleta deportiva (y no un tropiezo administrativo), camina con lenta seguridad en su configuración ejecutiva.
VIENE EL TIBURÓN VARELA
Desde Bugalagrande, que es la pequeña de las dos Bugas, nos avisa León Pablo Wallens que nuestro dilecto amigo Walter Varela, fabricante de yates en Cartagena, se viene a las Fiestas del retorno con hambre de escualo pero no con apetito escuálido. Viene con deseos de comer cuanta sardina o bagre se encuentre en San Bernabé. Aclara, eso si, que no viene a tomar limonada sino a comer pato a la naranja.
SISBÉN CORRECTO
El equipo de Carlomar Lizalda Pacheco trabaja a toda máquina por los rieles de la corrección. Con eficiencia y esmero actualizan y modernizan su base informática. Un ejemplo de esta administración que coordina bien sus movimientos.
NEBARDO, DR JEKYLL O MR HYDE?
Harold Cruz Herrera jura y asegura que el muy ilustre y estudioso médico Nebardo Domínguez durante el día es un galeno tranquilo. Llegada las ocho de la noche, Nebardo cuelga su traje, su pijama blanca de oveja hospitalaria y toma del perchero el disfraz gris o marrón que aterra caperucitas.
Sale en su auto con tres hileras dentales de tiburón de Madagascar y flota mirando cuál anda mal puesta o mal dejada. La novela de Stevenson una vez más tiene sentido en Tuluá. Nadie escapa de la intertextualidad. Nebardo aclara que sus travesuras eróticas fueron enseñadas por el mismísimo Arbeláez.