Palau
Ahora, que el parroquialismo intenta sepultar la visión universal y que la seudo cultura de la aldea global procura acabar con lo regional y telúrico, es preciso recordar a la pequeña y bella República de Palau, llamada en lengua palauana Balau. Tiene ocho islas grandes y doscientas cincuenta pequeñas. Su capital es Koror y vive del turismo. Muestran las bombas a los turistas. Las mismas que lo japoneses, no lograron hacer estallar para exterminar su territorio. No es poco importante una isla que se da además el lujo de tener habitantes que hablan el Inglés, el Samoral y el Tobi. Por lo demás, Palau en lengua catalana significa Palacio. Rafael Eduardo Palacio sería en Barcelona Rafael Eduardo Palau.
El sabor de Gian Carlo.
Nereida Arcila tiene en el supermercado de Surtifamiliar un culto al buen sabor. La gastronomía es cultura y forma parte de la identidad cultural de una región. Allí, en Gian Carlo, Juan Carlos en Italiano, ella ofrece cada día a sus amigos y comensales, el sabor que los españoles llaman de rechupete. Un buen patacón sigue siendo un sentido de amistad. Guerra es hacer mal las cosas.
Julio Patiño, que no Fómeque
El idioma satura de voces o expresiones nuevas y retira de circulación aquellas anquilosadas por el uso. Falsos positivos es una modalidad nueva de expresión. A Víctor Julio Patiño, que no Fómeque, sencillo maestro rural y librero de textos de segunda, en el mes de Mayo de 1994, siendo director general de la policía Roso José Serrano, se le montó un despliegue militar y policivo espectacular. Con avionetas y grupos de asalto se le dejó en el ojo de ese huracán. En calzoncillos y sin camisa fue interrogado en un barrio tulueño. El vecindario salió a su favor y evitó que se lo llevaran. Hoy recuerda con humor el ceño hosco de los comandos que lo cercaron. Todo por llamarse como un famoso bandido.
María Cristina en cédulas
Usualmente las aspiraciones parlamentarias se manejan con grandes empresas electorales. Las aspiraciones a alcaldía y afines se manejan con microempresas que por su cantidad y trabajo de arriería aseguran el ascenso de un ciudadano al mando ejecutivo local. Con María Cristina Palau Salazar se invirtieron esos roles y el aumento desmesurado de inscripciones de cédulas permite leer su nombre como causante de esta valoración en la conducta preelectoral en Tuluá.
Como comenta Honorio Vargas Ortiz, ilustre ingeniero de la tierra de Eustaquio Palacios, el sentido regionalista se vio reflejado aquí. Se inscribieron para votar por María Cristina al senado como si fuera intensa actividad para alcaldía. Buena lectura podemos hacer de ello.
James Vinasco.
Tulueño raizal, James es un carismático funcionario que se toma muy en serio sus responsabilidades. Gonzalo Arango, el poeta nadaísta de Andes, Antioquia, decía que trabajar en aquello que no le gusta a uno es otra forma de estar desempleado. A James Vinasco le gusta lo que hace y procura dejar un rastro positivo en la administración de Rafael Eduardo haciendo muy bien las cosas.
Ahora, que el parroquialismo intenta sepultar la visión universal y que la seudo cultura de la aldea global procura acabar con lo regional y telúrico, es preciso recordar a la pequeña y bella República de Palau, llamada en lengua palauana Balau. Tiene ocho islas grandes y doscientas cincuenta pequeñas. Su capital es Koror y vive del turismo. Muestran las bombas a los turistas. Las mismas que lo japoneses, no lograron hacer estallar para exterminar su territorio. No es poco importante una isla que se da además el lujo de tener habitantes que hablan el Inglés, el Samoral y el Tobi. Por lo demás, Palau en lengua catalana significa Palacio. Rafael Eduardo Palacio sería en Barcelona Rafael Eduardo Palau.
El sabor de Gian Carlo.
Nereida Arcila tiene en el supermercado de Surtifamiliar un culto al buen sabor. La gastronomía es cultura y forma parte de la identidad cultural de una región. Allí, en Gian Carlo, Juan Carlos en Italiano, ella ofrece cada día a sus amigos y comensales, el sabor que los españoles llaman de rechupete. Un buen patacón sigue siendo un sentido de amistad. Guerra es hacer mal las cosas.
Julio Patiño, que no Fómeque
El idioma satura de voces o expresiones nuevas y retira de circulación aquellas anquilosadas por el uso. Falsos positivos es una modalidad nueva de expresión. A Víctor Julio Patiño, que no Fómeque, sencillo maestro rural y librero de textos de segunda, en el mes de Mayo de 1994, siendo director general de la policía Roso José Serrano, se le montó un despliegue militar y policivo espectacular. Con avionetas y grupos de asalto se le dejó en el ojo de ese huracán. En calzoncillos y sin camisa fue interrogado en un barrio tulueño. El vecindario salió a su favor y evitó que se lo llevaran. Hoy recuerda con humor el ceño hosco de los comandos que lo cercaron. Todo por llamarse como un famoso bandido.
María Cristina en cédulas
Usualmente las aspiraciones parlamentarias se manejan con grandes empresas electorales. Las aspiraciones a alcaldía y afines se manejan con microempresas que por su cantidad y trabajo de arriería aseguran el ascenso de un ciudadano al mando ejecutivo local. Con María Cristina Palau Salazar se invirtieron esos roles y el aumento desmesurado de inscripciones de cédulas permite leer su nombre como causante de esta valoración en la conducta preelectoral en Tuluá.
Como comenta Honorio Vargas Ortiz, ilustre ingeniero de la tierra de Eustaquio Palacios, el sentido regionalista se vio reflejado aquí. Se inscribieron para votar por María Cristina al senado como si fuera intensa actividad para alcaldía. Buena lectura podemos hacer de ello.
James Vinasco.
Tulueño raizal, James es un carismático funcionario que se toma muy en serio sus responsabilidades. Gonzalo Arango, el poeta nadaísta de Andes, Antioquia, decía que trabajar en aquello que no le gusta a uno es otra forma de estar desempleado. A James Vinasco le gusta lo que hace y procura dejar un rastro positivo en la administración de Rafael Eduardo haciendo muy bien las cosas.