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Daniel Potes Vargas

OPINIÓN

Orlando de Jesús, cercano siempre a la cultura de valores

Por: Daniel Potes Vargas

La axiología, como parte de la Filosofía que estudia los valores en general, parece ser el campo y el tema de cultivo literario de Orlando de Jesús Tamayo Velásquez, quien ha publicado varios libros en torno al cultivo espiritual en una época tan filistea como ésta.
Sin buscar ni esperar ayuda de organismos oficiales, este ferretero legendario de Tuluá entrega  a la población lectora su texto más reciente llamado “Un proyecto de vida de la mano de Dios”. Todo proyecto tiene un diseñador, todo diseño tiene un creador.
El libro de Stephen Hawking se llama El gran diseño y no obstante la consecuencia de la obra del astrofísico concluye en que todo esto apareció sin la intervención de un diseñador. La vida y la materia simplemente han evolucionado de lo simple a lo complejo, según el británico.
En este libro de Orlando de Jesús, el diseño de un proyecto de vida para los creyentes o teístas debe tener como soporte, firmeza y horizonte la presencia de Dios.
Para muchos Él no existe y la vida moderna se caracteriza por tener en cuenta toda clase de elementos, menos el divino.
Este libro de Tamayo Velásquez aspira a argumentar de manera sencilla y cristiana la propuesta de un proyecto que incluya al creador del universo y de la vida como eje sobre el cual se monta toda axiología, todo el cúmulo de valores cotidianos que deben orientar la vida de alguien que aspira a la felicidad, a la salud integral y a todo aquello que le permita un paso por esta vida de la manera más armónica y menos karmática.
Esta obra, breve en paginaje pero exuberante en ideas y propuestas, enriquece el patrimonio bibliográfico de Tuluá, ciudad muy rica en actividad editorial de todos los géneros literarios.
Todo proyecto de vida ahora es ateo esencialmente. El vocablo, la palabra Dios jamás aparece por ningún lado como si fuera un malestar hacerlo. A nadie le consta que Dios no existe y los ateos, como ellos mismos jocosamente lo dicen, lo son por la gracia de Dios. Indudablemente este texto servirá de guía para muchas personas que quieran darle un sentido a sus vidas y llenar sus proyectos con valores y con la perspectiva espiritual que contempla al creador como el ser al que debemos todo afecto, sin fanatismo ni hipocresías. Congratulaciones a su autor por este singular y original aporte a las letras de Tuluá, a las letras del espíritu. En medio de tanto ateo barato, casi siempre de origen anticlerical, este libro brilla por su valentía y su claridad.