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Daniel Potes Vargas

OPINIÓN

Álvaro Rodríguez Cruz

Álvaro  Rodríguez Cruz
Por: Daniel Potes Vargas

Nacido en 1951, este novelista tulueño ha escrito en inglés. Su obra, Passion in Eden –hill, es la segunda obra, al lado de Guantánamo, de Carlos Potes Livengood, escrita en la lengua de Hemingway.
Ángeles impuros es la traducción hecha por él mismo y editada en Estados Unidos, donde narra la vida y milagros licenciosos y lujuriosos de una monja y su confesor. Es del barrio salesiano de Tuluá. Estudió en el colegio San Francisco de Asís y en el Gimnasio del Pacífico.
Cree que lo mejor de Tuluá es su gente y lo peor quizás sea la inseguridad de sus calles y barrios. Cursó estudios de Terapia en el Medical Nurse, Technology School.
En Miami laboró este tulueño 19 años con Sony Music. Es probable que haya sembrado más de un matarratón y con su otro libro, El reino de los espíritus, cumplió con parte del precepto que se estipula para los hombres.
Hijo de Graciela Cruz y padre de Álvaro José, Anna María y Lin, modelo de la portada de libro Ángeles impuros, Álvaro es gran parecido físico con el poeta  restrepeño Alberto Cardona Gómez.
Prepara una segunda edición en español de Ángeles impuros y se dedica ahora, ya jubilado de una empresa americana, a hilvanar los recuerdos juveniles de una Tuluá que sólo existe en el imperio de la memoria. 
Tulueño raizal, Álvaro vivió mucho en la Florida pero jamás perdió su esencia de buen humor, algo corrosivo como el de todo nacido en esta villa alucinante y alucinada.