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Daniel Potes Vargas

OPINIÓN

Tulueños destacados Edicion 564

 Jairo Ramos Acevedo
Este ilustre poeta y catedrático del Externado de Colombia y de la Universidad San Buenaventura de Derecho Constitucional, nació en Cali en 1956. Le agrada decir su edad y que es hijo de Alfredo Ramos Barco y Carmen Acevedo Collazos. Pertenece a una familia de once hijos y cuando egresó como gimnasiano en Tuluá, ocupó el primer puesto en la promoción de 1976. Ha sido columnista de El Tiempo, El Pueblo, El País y Occidente  de Cali. Publicó  seis textos sobre temas jurídicos y su poemario se llama “Un concierto de amor y otras pasiones”. Es especialista en Derecho administrativo. Graduado  con honores en el Externado, Jairo  es tulueño de adopción y sentimiento. Este ilustre profesor de la Santiago de Cali, de la Universidad del Valle y de la Libre de Cali, es un enamorado del amor y su poesía es marcadamente erótica. Eso es signo y símbolo de gran vida emocional e intelectual.


El intendente Arévalo,  a toda marcha

Es de los pocos tulueños que no es de adopción sino telúrico y genealógico. Luis Eduardo Arévalo Rosero, es hijo de José Vicente Arévalo López. No hubo mujeres en su casa. Sólo dos varones. Estudió en la escuela José Antonio González, este hijo de Lucrecia Rosero Cansimansi. En el bachillerato hizo algo de turismo, ya que la  mitad de él la cursó en el mítico Gimnasio del Pacífico y la otra mitad en el colegio Ricardo Nieto de Cali. Es básicamente un semifondista  y un entrenador de atletismo, especializado ahora en atletas infantiles. Corrió al lado de glorias de la patria como Víctor Mosquera, Domingo Tibaduiza y Silvio Salazar. Muchas ciudades lo han visto pasar como una bala humana, constante y resistente. Pereira, Manizales, Popayán, Bogotá, Armenia han sido escenarios de sus triunfos. Practicaba corriendo hacia El Rumor y hacia El Picacho y cree que Ciro Morán Materón y Anselmo Victoria, Pachanga, son  legítimos valores del deporte atlético en Tuluá, tierra algo ingrata a la hora de reconocer a sus valores de todo tipo.
Lleva 35 años como entrenador, primero con la Junta Municipal de deportes y luego con el Imder Tuluá. Fue un protegido del Dr. Carlos Alberto Potes Roldán. Ha sido entrenador varias veces de la Selección Valle, logrando para ella numerosos triunfos. Según este ex-agente policial, figura ya legendaria en Tuluá, hay que sensibilizar a la niñez y juventud sobre la importancia del deporte. A mayor, actividad deportiva, menos drogadicción en los diferentes barrios. Lamentablemente en Colombia no hay una política de Estado sistemática y fuerte en materia deportiva. Nuestros campeones muchas veces entrenan en condiciones casi infrahumanas en comparación con la forma de vida de otros países. Actualmente prepara futuros campeones en las modalidades de gorriones, pre-infantiles e infantiles. Por eso se dice que Arévalo anda a toda mecha.