Sus padres escribieron John como Jhon y así se quedó. Hijo de Arturo Escobar Escobar y María Yaneth Cifuentes, es el menor de tres hermanos. Es otro de los jóvenes valores tulueños que aspira a renovar, a ver renovado su Concejo Municipal, infestado de un poco de ediles inútiles y viciados de corrupción en su gran mayoría.
Es sobre todo un líder comunitario, un orientador comunal que ha sido tesorero de la Junta de acción comunal del barrio Villa Colombia, lo que lo fortaleció en el conocimiento de la problemática social de las distintas barriadas de la ciudad.
Estudió su primaria en la escuela Marcelino Gillibert y el bachillerato en el mitológico Gimnasio del Pacífico.
Es contador público de la Uceva y Especialista en Gerencia Tributaria. Estudioso, serio y jovial al mismo tiempo, Jhon Fredy es un ejemplo de la actual juventud tulueña que no sólo es díscola y frívola sino analista de la crisis de la ciudad.
Con otros jóvenes profesionales, entre los que se cuenta Jorge Enrique Arroyave, creó el MIC -Movimiento de Integración Ciudadana-. Con ellos trabaja en la investigación de los principales problemas de Tuluá y sus eventuales soluciones. Para él lo peor de Tuluá es la inseguridad y la gente lo mejor de esta ciudad alucinante y alucinada.
Promovería proyectos de acuerdo con los cuales se ofrecería a las industrias que quieran establecerse en Tuluá, alivios tributarios que fueran reales y sostenibles para lograr una mayor vinculación de empresas inversoras en una ciudad donde la falta de empleo es un mal endémico y epidémico al mismo tiempo.
Ordenado y sistemático en la organización de su proselitismo político, John es realmente una promesa de oxigenación de la población edilicia tulueña, anquilosada ya en formas fósiles.