Este teólogo de profesión es uno de los más opcionados para llegar al Concejo Municipal de Tuluá dentro de los aspirantes a la corporación edilicia que acompaña a Gustavo Vélez Román. Es hijo de Víctor Cabrera Garzón y Nancy Londoño Vásquez. Es el menor de dos hermanos que estudió su primaria y bachillerato en el colegio de Occidente, cuando era rectora de esa institución Beatricita Correa. Es tulueño de corazón, al igual que el resto de su familia, que tienen orígenes en la villa de Céspedes.
Con estudios de administración de empresas, Daniel es hijo del presidente de la Asociación de Pastores del centro del Valle del Cauca. Para él lo peor de Tuluá es su inseguridad y el nivel de corrupción administrativa y lo mejor, su gente. Pertenece a Amicceva, Asociación de Ministros Cristianos del centro del Valle del Cauca. De la biblia prefiere dos libros: Jeremías y Daniel.
Asambleas de Dios, Iglesia Carismática y la Cruzada Cristiana, son parte de esta vasta organización que tiene su interés político al aspirar a instancias desde las cuales puedan implementar sus modelos de ética y moral, aportando al bienestar de la comunidad en la cual actúan. Ellos son Trinitarios frente a los unitarios, como los pentecostales.
Daniel Alfredo es director de la Pastoral Juvenil de Tuluá y de los Ministerios Juveniles. Sabe que una golondrina no hace verano y que un joven puede llevar muchas ilusiones pero al llegar al escenario edilicio tiene dos opciones; ser de la oposición o de la coalición. Daniel recalca la importancia de llevar la axiología, el cúmulo de valores de sus iglesias al Concejo. Es uno de los jóvenes ilustres que aspiran a llegar al ámbito corporativo de esta ciudad maravillosa y extraña. Daniel Alfredo aspira con el número 13 de Opción Ciudadana.