GEWB

Daniel Potes Vargas

OPINIÓN

Tulueños destacados Edicion 516




Margarita María Villegas Gómez


Aunque nacida en Abejorral, Antioquia ama a Tuluá como sólo un orejón raizal sabe hacerlo. Esta bella rubia es hija de Miguel Ángel y de Ligia y es la menor de diez hermanos donde cinco son hombres y cinco las mujeres y donde ellas han sido generalas y ellos soldados. Estudió en la Normal Nacional de señoritas de Abejorral y Administración de negocios internacionales  en el Politécnico de la misma ciudad. Mas que vallepaisana, se siente feliz de recibir el enorme afecto que los tulueños le han profesado. Continuó con la Cristalería Reina que su hermano Carlos le entregó al marcharse a Buenaventura. Aspirará a formar parte de la Junta directiva de la Cámara de Comercio de Tuluá en las próximas elecciones camerales en una plancha donde aparecen Jorge Alberto Cruz Dávila, Vianney Álzate Castro y Jaime Alberto de la Cruz G y una suplencia de lujo que incluye a Jorge Vásquez Mottoa, Darío Giraldo Álvarez, Elberth López Ortiz y Julio Cesar Velasco Ospina. Su sonrisa se ha vuelto legendaria en Tuluá así como su manera para tratar al público. Considera que la Cámara debe mirar muy bien en qué y cómo va a invertir sus recursos y en la selección de su presidente ejecutivo. Es una de las planchas más opcionadas para el éxito. 

Luis Carlos Urriago Lasso.

Este hijo de Guillermo Urriago Ruíz y de Paulina Lasso Cuéllar vivió la época de los tirapiedras del Gimnasio del Pacifico cuando buscaban las cabezas de los rectores para destaparlas, sobre todo cuando el sol brillaba sobre ellas.  Casado con Hilda Peña Cala, este padre de Carolina, Mauricio y Alejandra, estudió su primaria en la escuela Tomás Uribe Uribe. Egresado como Administrador Público de la ESAP, de Bogotá, es una autoridad en Import-Export y ha laborado en la Aduana Nacional y en la DIAN. Su gran amigo Romilio Molina alguna vez le hizo morir la flora intestinal en Bogotá porque, siendo capitán de la Policía, lo sometió   a revisión  una madrugada en la carrera séptima. Cuando Romilio lo vio deprimido, soltó la carcajada y celebraron el temor pasado y la travesura a que sometieron a Urriago Lasso. Luis Carlos fue gran alumno del doctor Guillermo Obando Moreno en Cálculo y Trigonometría. Comenta que a los actores del conflicto hay que cobrarles impuestos y asegura no faltar a ningún Miércoles de ceniza así sea ateo por la gracia de Dios.