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Daniel Potes Vargas

OPINIÓN

tulueñerias edicion 493

Diego Caterpillar
Al lado de Denny Osorio Villada, Carlos Hernán Mena y Rodrigo Guzmán Dávila, Dieguito, el de las poderosas retroexcavadoras, es una de las cartas para una futura alcaldía. Carta de lujo. Y por, supuesto, parte de ese fértil consenso del cual brotó el líder que llegó a la alcaldía de Tuluá. No lo olvidemos para próximos y días.

La retórica de Chepe
Antes hubo una retórica grandilocuente y balconera que alteraba los ánimos. Los grandes oradores eran campeones de la arena parlamentaria, así incendiaran con sus verbos a las multitudes. Alberto Santofimio Botero fue el último de ellos. La retórica de José Germán es moderada, como su ánimo y carácter. No altera muchedumbres sino que propone ideas y calma agitaciones. Cuando supo de su triunfo no quiso hacer caravanas de la victoria ni cosas por el estilo. Tranquilo como sus palabras y su pronunciación, invitó a descansar. Los otros, muy seguramente hubiesen mortificado a los vecinos hasta las tres de la mañana. Es un idioma exacto y de reposo el suyo.

Según
Según un vecino salesiano el desfile de protesta contra una supuesta incorrección electoral estaba compuesto por ocho gatos, siete ratones y sesenta policías. Como no sabemos si eso fue exacto, ahí queda la inquietud sobre algo estéril.


Rodrigo, el verraquito
Alguna vez García Márquez fue atrapado escribiendo verraco con B. Para pasar el mal trago hizo un gesto costeño y comentó, si no tiene b no tiene verraquera. Pero aquí sí cabe el vocablo para Rodrigo, el tulueño que vive en Buga. Más de once mil votos. Esa cifra es para cuidarla y cultivarla. Y fue elegante al felicitar a José Germán y publicar en su semanario una entrevista con él.

La Uceva con Jairo
Nuestro querido Jairo Gutiérrez Obando seguirá como rector de la Uceva hasta nueva orden, que será hacia mediados del 2012. No destituido Jairo, merece estar al frente de los destinos de un centro de Educación que con otros tres ilustres pioneros llevaron a la Uceva donde está, por encima de detractores y rencorosos.

Hasta hoy lo molesto
Hermes Farfán Silva practicaba su primer año de Medicina en Pereira. Había un enfermo terminal de cáncer estomacal. El paciente era gay. Había que hacerle a menudo un drenaje que le permitiera descansar a su cuerpo de presiones extremas. Un buen día le dijo Farfán “Hasta hoy lo moelsto”. Se había vestido y se había maquillado como mujer. Quería estar bien presentado, casi femeninamente, para recibir a la “hermanita muerte”, como la llamaba San Francisco de Asís, el poeta de la Edad media.