GEWB

Daniel Potes Vargas

OPINIÓN

Tulueñerias Edición 433

Nada de pescar veringos.
Al pescador Fernando Velásquez, hermano de don Jairo de Jesús, le preguntaron si prefería pescar sardinas o bagres. Comentó que de ambas y hasta sirenas si se dejan atrapar. “Todo, menos pescar veringos con el joyero Álvaro Potes". Álvaro es el socio de los corronchos y los bocachicos de este singular pescador y ferretero.

Pedir en Mandarín.
Muchos tulueños desean saber qué pedirán en palabras mandarinas Chuchito, nuestro inefable amigo y Jairito, nuestro apreciado rector que tras ganar merecidamente sus elecciones estará en Shanghai no mirando para el páramo sino soñando con observar desde la Muralla China.

Palau - Garrido - Rodrigo.
Este no es el nuevo nombre de un trío musical sino el conjunto de tres queridos ciudadanos, con diferentes dosis de poder, que seguramente se sentarán para ver qué hay para Tuluá desde sus espacios. Comfandi por un lado y la alcaldía por otro harán lo suyo. Nada mejor que el diálogo y no las divergencias infértiles, como lo sugiere nuestro amigo Jorge Montes Victoria, actual presidente del Concejo Municipal de Tuluá.

Leoncio, Gatoncio, Ratoncio.
En la sublime ciencia Astrofísica se dice que la entropía le augura al universo un triple destino: el desorden, el frío y la oscuridad. Los felinos también se degradan, como el amor o los sistemas. Según Juan Carlos Rengifo, llamado El Duende con cariño por sus amigos, el comentarista equino más sabio de Colombia, Leoncio Villa, por ciclos entrópicos ya no es tal sino Gatoncio. Pero remata el ingeniero Óscar Montoya Ossa, pariente del ministro que legalizó la dosis mínima, diciendo que ya no hay siquiera Gatoncio. Hay Ratoncio. Mientras tanto, Leoncio ruge en el jardín de su casa.